Estudio alerta sobre graves impactos de la carretera Salcedo–Tena en el Parque Nacional Llanganates

Quito, Ecuador – octubre de 2025.


Un reciente estudio técnico desarrollado por la Fundación Ecosistemas en Acción (Eco-Acción), con el apoyo de la Fundación Pumamaqui y la WWF Ecuador, advierte que la construcción de la carretera Salcedo–Tena, que atraviesa el Parque Nacional Llanganates, provocaría impactos ecológicos severos y difícilmente reversibles en una de las áreas naturales más biodiversas y estratégicas del país.

Un patrimonio natural en riesgo

El Parque Nacional Llanganates abarca más de 219 mil hectáreas de selvas tropicales, bosques nublados y páramos que conectan los Andes con la Amazonía. Su gradiente altitudinal, que va desde los 670 hasta los 4.768 metros sobre el nivel del mar, permite la existencia de al menos 10 ecosistemas únicos y 1.196 especies registradas, incluyendo 15 en peligro crítico, como el oso andino, el tapir de montaña y el sapo jambato.

Además, el parque alberga el Sitio Ramsar “Complejo Llanganati”, un humedal de importancia mundial que provee agua limpia y regula inundaciones para comunidades de Cotopaxi, Tungurahua y Napo, así como para el sistema hidroeléctrico Pisayambo–Agoyán.

Impactos proyectados

Según el modelo de impacto elaborado, la carretera —de aproximadamente 120 kilómetros, de los cuales 80 cruzan el parque— afectaría zonas de pendientes superiores al 25 %, generando una pérdida directa de 400 hectáreas de bosque y la fragmentación de 6.300 hectáreas adicionales.
Estos cambios pondrían en riesgo la estabilidad de laderas, incrementarían la erosión, el arrastre de sedimentos y la colmatación de ríos, afectando la calidad del agua de 12 ríos que desembocan en los ríos Napo y Pastaza.

El informe estima que la pérdida de servicios ecosistémicos —solo por almacenamiento de carbono— podría superar los USD 400 millones, valor que sobrepasa ampliamente los beneficios económicos esperados de la obra vial.

Consecuencias sociales y climáticas

Los autores advierten que este tipo de infraestructura suele atraer deforestación, caza furtiva, ocupación ilegal de tierras y conflictos sociales, tal como se ha observado en áreas protegidas como Yasuní (Ecuador) y Manu (Perú).
Además, la fragmentación de hábitats podría acelerar la extinción de especies aún no descritas científicamente, reducir la disponibilidad de agua y comprometer los compromisos climáticos del Ecuador bajo el Acuerdo de París y la Convención RAMSAR.

Conclusión y llamado a la acción

El estudio concluye que la ejecución de la carretera Salcedo–Tena tendría un impacto ambiental elevado y no compensable, afectando la seguridad hídrica y ecológica de miles de personas. Por ello, recomienda suspender de forma definitiva el proyecto y fortalecer las medidas de conservación del corredor andino-amazónico Llanganates–Sangay.

“Proteger los Llanganates no es solo un compromiso ambiental, sino una decisión estratégica para garantizar el agua, el clima y la economía de las generaciones presentes y futuras”, señaló Eco-Acción en su informe.


 

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