La contaminación de los ríos de Puyo sigue siendo un problema grave, a pesar de los millonarios esfuerzos invertidos en su saneamiento. Durante la administración del exalcalde de Pastaza, Roberto De la Torre, se prometió la descontaminación de los ríos de la ciudad como parte de su plan de gobierno. Sin embargo, la realidad fue otra: las plantas de tratamiento de aguas residuales quedaron abandonadas por cerca de una década y la deuda adquirida para su construcción superó los 20 millones de dólares, sin que se lograran los objetivos propuestos.
Ahora, la nueva administración municipal ha anunciado una inversión adicional de 10 millones de dólares para retomar el Plan Maestro de Alcantarillado. No obstante, este proyecto solo abarcará una pequeña porción del río Puyo y dejará fuera al río Pindo, el más contaminado de todos. Esta decisión ha generado preocupación, ya que las aguas contaminadas seguirán afectando a las comunidades indígenas Kichwas ubicadas en la cuenca baja del río Puyo.
Un reciente artículo publicado por El Comercio revela que los coliformes fecales han afectado gravemente la calidad del agua del río Puyo, lo que representa un serio riesgo para la salud de las comunidades indígenas que dependen de este recurso. Según el informe, el crecimiento descontrolado de la ciudad ha incrementado la cantidad de aguas residuales sin tratamiento, agravando la contaminación de los afluentes que desembocan en territorios indígenas (El Comercio, 2024).
Un estudio publicado en la revista Polo del Conocimiento por Moya Freire y Guerra Naranjo (2024) reveló que los ríos Pindo y Puyo presentan una alta contaminación por coliformes fecales en la zona urbana. Según la norma INEN 1108:2020, los coliformes fecales deben estar en valores inferiores a 1,1 NMP/100 ml para consumo humano y hasta 200 NMP/100 ml para uso recreativo. Sin embargo, los niveles detectados en estos ríos superan ampliamente estos límites, representando un riesgo para la salud pública.
El estudio identificó la presencia de bacterias patógenas como Escherichia coli, Enterobacter, Salmonella y Vibrio cholerae, responsables de enfermedades gastrointestinales, infecciones de la piel y urinarias, entre otras. Estas bacterias afectan no solo a la población urbana, sino también a las comunidades indígenas kichwas de la cuenca baja del río Puyo, que dependen de estas aguas para su consumo diario.
Según la concejala Laura Pérez: «Este proyecto como se lo está concibiendo es un perjuicio total, desde los términos de referencia que se elaboró para la nueva consultoría no estuvo considerado varias particulares en las cuales los consultores se sustentan por que no se contempla en este estudio es decir no es un documento que recoge todas las necesidades que debería contemplar. Aquí solo se habla de las infraestructuras, pero de los microorganismos que son el alma de estos proyectos no se dice ni contempla nada. Es preocupante cómo se pretende hacer. ¿Qué tipo de bacterias serán anaeróbicas o aeróbicas de que familia, cuáles son las bacterias q estarían allí. ?, porque los nuevos estudios están en base a los antiguos ¿donde se mejoró en la nueva actualización? Además, el Plan Maestro de Alcantarillado contempló solo el 40 % de la ciudad, es decir ni el 50% de todo el casco urbano, cuando debía ser el casco urbano y zonas de expansión.
Un reportaje de GK.city (2024) revela que el sistema de alcantarillado de Puyo, que debía solucionar estos problemas, ha sido una obra abandonada durante años. La construcción de colectores y plantas de tratamiento se paralizó debido a sobrecostos, mala planificación y falta de fiscalización, lo que dejó a la ciudad con una infraestructura incompleta e inoperante. Esto ha provocado que las aguas servidas sigan vertiéndose sin tratamiento a los ríos de la ciudad, agravando la contaminación y exponiendo a la población a enfermedades derivadas de la insalubridad del agua.
La falta de plantas de tratamiento de aguas residuales en el río Pindo, el más contaminado de todos, agrava la situación. A pesar de las inversiones millonarias destinadas a proyectos de saneamiento, las comunidades indígenas continúan recibiendo aguas contaminadas, lo que ha provocado enfermedades de la piel, desnutrición crónica y exposición a metales pesados como el plomo.
Este panorama subraya la necesidad de implementar soluciones integrales y sostenibles que aborden la contaminación de los ríos en Puyo, protegiendo la salud de todas las poblaciones afectadas y garantizando el respeto a los derechos humanos y de la naturaleza.
Este nuevo intento de descontaminación ha sido criticado por organizaciones ambientalistas y líderes indígenas, quienes señalan que el problema no radica en convertir al río Puyo en un balneario limpio para la ciudad, sino en garantizar el derecho de las comunidades a un ambiente sano. Durante décadas, los pueblos kichwas han sufrido las consecuencias de la contaminación, lo que ha provocado enfermedades de la piel, desnutrición crónica y exposición a metales pesados como el plomo.
La pregunta que queda en el aire es: ¿Será esta nueva inversión suficiente para resolver el problema, o se sumará a la larga lista de intentos fallidos que han dejado a las poblaciones más vulnerables en el olvido?
Promesas incumplidas y una nueva inversión millonaria: La contaminación de los ríos de la ciudad persiste.

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